SOBRE
LA BELLEZA
Se habla mucho de belleza
cuando se trata de la figuración de un cuerpo desnudo sin tener en cuenta lo
variante del concepto de belleza,
unos se ajustarán más a ese ideal que otros en función del canon estético
vigente y aun existiendo unas imágenes más estéticas y otras menos, siempre
habrá alguien que las encontrará bellas.
Pero ¿qué es bello?
Desde los tiempos de Platón, en el pensamiento europeo
destacan tres valores supremos: bien, belleza
y verdad. Con diferentes matizaciones medievales o modernas estos han llegado
hasta nuestros días de forma que en la cultura de Occidente la belleza se ha considerado durante mucho
tiempo como uno de los tres valores supremos.
Posteriormente fue Kant quien estableció una
tricotomía asentada en esos tres valores supremos con sus tres Críticas:
Crítica de la Razón Pura, Crítica de la Razón Práctica y Crítica del Juicio y a
su vez los escritores kantianos del siglo XIX los que dividieron la filosofía
en tres campos de interés: lógica, ética y estética.
Por tanto, la estética se ha considerado durante
siglos una de las tres divisiones de la filosofía.
Definir el concepto de belleza es francamente difícil. Hay casi tantas aproximaciones como
filósofos o escritores lo han tratado. La Belleza,
según Władysław Tatarkiewicz,
es un término que designa un atributo que es poseído por algo o alguien, en
este caso una obra de arte.
Lo que en castellano moderno denominamos bello los romanos lo llamaron pulchrum, término que siguió usándose
hasta el Renacimiento en que fue sustituida por la palabra bellum que derivaba de la palabra bonellum que se abrevió como bellum.
En principio la palabra se utilizó sólo para mujeres y niños; más tarde se usó
para todo tipo de belleza desapareciendo por completo la palabra pulchrum. Desde entonces ninguna lengua
moderna ha adoptado una palabra que se derive de pulchrum.
El concepto griego de belleza era más amplio que el nuestro, y comprendía no sólo las
cosas bellas, figuras, colores, y
sonidos, sino también los pensamientos y costumbres consideradas bellas. No obstante, en el siglo V a.C.
ya se habían puesto límites al concepto original defendiendo la belleza como “lo que resulta agradable
a la vista y al oído”
Los hombres del Renacimiento se inclinaban por limitar
el concepto para que se adecuase únicamente a las necesidades de las artes
visuales. Desde entonces, se han venido utilizando todas las variantes del
concepto de belleza en épocas
diversas y por turnos, según ha convenido.
Resumiendo, se han utilizado tres concepciones
distintas:
A.
Belleza
en el sentido más amplio. Este era el concepto griego original de belleza; incluía la belleza moral y, por tanto, la estética
y la ética.
B. Belleza
en sentido puramente estético. Esta noción de belleza comprende sólo aquello que produce una experiencia
estética.
C.
Belleza
en sentido estético, pero limitándose a las cosas que se perciben por medio de
la vista.
La gran teoría clásica de la Belleza afirmaba que ésta consistía en las proporciones de las
partes, para ser más precisos en las proporciones y en el ordenamiento de las
partes y sus interrelaciones.
Esta teoría persistió durante siglos adoptando dos
versiones, una más amplia (cualitativa) y otra más limitada (cuantitativa).
Ésta última afirmaba que la belleza
ha de encontrarse sólo en aquellos objetos cuyas partes mantengan una relación
entre sí como los números pequeños: uno a uno, uno a dos, dos a tres, etc. Han
existido pocas teorías en cualquier rama de la cultura europea que se hayan
mantenido durante tanto tiempo que hayan merecido un reconocimiento tan grande,
y son pocas las que comprenden los diversos fenómenos de la belleza de un modo tan comprensivo.
En este sentido, Aristóteles afirmaba: “la belleza consiste en una magnitud y
disposición ordenadas” y los estoicos pensaban del mismo modo: “la belleza del cuerpo consiste en la
relación que la proporción de los miembros mantienen entre sí y con el todo”.
San Agustín decía: “sólo la belleza agrada, y en la belleza
las formas, y en las formas, las proporciones, y en las proporciones, los
números”.
Para resumir se puede decir que esta teoría de la
belleza dominó desde el siglo V a.C hasta el siglo XVIII de nuestra era, ambos
inclusive.
Hay formas de entender la belleza de una forma irracional como Petrarca al afirmar en cierta
ocasión que la belleza era un non se ché (un no se qué). Esta
ambigüedad se encuentra también en Leibniz: los juicios estéticos, decía, son
claros, pero al mismo tiempo confusos; podemos expresarlos ayudándonos
únicamente de ejemplos, “y el resto es como decir que es un yo no se qué”
Saltando por encima de las múltiples teorías
formuladas llegamos al siglo XX. En el pasado siglo se ha criticado el concepto
de belleza, aunque se ha intentado
mejorarlo reduciendo su mutabilidad.
Sin embargo, no es fácil de mejorar. Efectivamente,
rara vez se utiliza en los escritos que se han hecho sobre estética. Su lugar
lo ha ocupado otra palabra que tiene una carga menos ambigua (es sorprendente
que sea la palabra <<estética>>).
La palabra y el concepto belleza se han conservado, no obstante, en el lenguaje coloquial,
se emplea más bien en la práctica que en la teoría. Uno de los conceptos
centrales de la historia de la cultura europea y la filosofía han sido
reducidos, por lo tanto, a una mera expresión coloquial.
CONCLUSIÓN
¿Cuál fue la evolución en estos dos mil
años de la teoría europea de la belleza?
A. En
primer lugar, se produjo la transición de un amplio concepto de belleza a un
concepto puramente estético.
B.
La transición del concepto general de
belleza al concepto de belleza clásica. Éste todavía era un concepto amplio que
incluía tanto la belleza del arte clásico como la de cualquier otro tipo.
C. De
la belleza del mundo a la belleza del arte. Según los griegos la belleza era un
atributo de mundo natural. El mundo es bello y el trabajo manual del hombre
debe, puede y debería ser bello.
D. De
la belleza asimilada por la razón a la belleza asimilada por el instinto. “No
podemos conocer racionalmente la belleza. Lo que no significa, sin embargo, que
no podamos conocerla en absoluto. Se basa en el gusto. Eso aclara lo referente
a si una cosa dada es o no es bella, aunque no pueda explicarse por qué lo es.
Algo parecido sucede con el instinto” (Leibniz).
E.
De una asimilación objetiva a una
asimilación subjetiva de la belleza. El subjetivismo estético predominó sólo en
tiempos modernos. Descartes inició el proceso que fue seguido por Pascal,
Spinoza y Hobbes.
F. De
la grandeza a la caída de la belleza. La grandeza de la belleza duró hasta el
siglo XVIII pero no más. En esa época, la fe en la idea se tambaleó, aunque le
gusto por las cosas bellas y la capacidad de producirlas no disminuyó.
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